domingo, 13 de enero de 2008

RUINAS DEL CORAZON (El Leo)

Atravesè las ruinas del corazòn. Me despojè de todo. De mis bienes preciados, de las intrìncicas barreras del alma. Caminè con todos. Caminè en la cornisa de las estructuras màs rìgidas. Abrì cielos e infiernos. Y siempre voy, siempre doy, siempre busco. Toquè puertas, renunciè, gobernè y me dejè gobernar. Esa sensaciòn siempre me abrazò en mis costados màs vulnerables. Vi partir, vi llegar, vi nacer y morir. Cuàntas cosas que debo, cuàntas que aùn espero ganar. Mis bolsillos llenos de todo ese vagaje de historias. Todo eso soy, mis historias, mis dolores y alegrìas. Mi sanidad y tristezas. El hastìo de la desolaciòn me tiene en sus listas blancas. Todos pasan. Todos se detienen y entran. Visitas ilustres que miran mis terrenos màs fructìferos. Todo està ahì, al alcance de sus manos. Todo listo para tomar, para robar, para usufructuar. Pasen y vean. Pasen y posean. Entren y usen. Incomprensiòn total. Mundo que se desgarra pero nadie lo vè. Ciudad que va en ruinas, pero es demasiado para restaurar. Atravesè las ruinas del corazòn y solo quedò la nada. Esas ruinas son el flagelo de la miseria humana. Del egoìsmo, del yo màs absoluto y la carestìa de los pobres enriquecidos. Esas ruinas me llevaron a las orillas del mar. A las sensaciones màs ostiles. A comprobar que son pocos los compañeros y amigos. Las ruinas de la realidad me trajeron a este lugar. Donde nada es como parece. Donde me siento a ver correr los dìas sin que nadie se dè cuenta. Y la verdad que nada es igual. La verdad es que el reloj marcò la hora señalada. La hora de despedidas. La hora del adiòs. Se cerraron la valijas, el viaje no tiene retorno. Todos vamos y venimos en un eterno tren. Allì donde todos suben, otros bajan. Donde algunos se divierten y otros se consumen de a poco. Soy parte. . . lo sè, no lo puedo evitar. Yo me consumì, me ayudaron a hacerlo. Cuànta generosidad! Oportunidad. Desecho descartable. Ocasiòn. Puerta abierta. Bondad. Escuchar. Sostèn. Brazos abiertos. Usar y tirar. Gracias a todos. Cuànta generosidad!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Leo!
Me encantò conocerte, y que pudièramos contactarnos. No te lo dije pero acceder a tu blog es tambien acercarme a tantas cosas en comun que nos unen. Creo que pasamos por situaciones tan parecidas y me indetifico con cosas que aparecen en tus textos.
Gracias por abrir este espacio, personal, pero que es bueno para personas como yo!
FER