domingo, 13 de enero de 2008

SENTIDOS ABIERTOS (El Leo)

Los cables del entendimiento se desenchufaron de la mente. La imagen fue contundente. Fue como una piedra golpeando en donde hay sensibilidad. Y creo que iniciè el viaje inesperado. No tuve opciones. No lo quise. No lo organicè siquiera. Fue como tantas cosas que escribieron mi historia. Cosas difìciles, hermosas, contemplativas, posibles y esquivas. Pero una vez màs fui fiel. A mì mismo al menos. Y no hay nada por lo cual llorar, arrepentirse ni reprocharse. Esta vez mi mente no registrò los hechos. El cuerpo es la orquesta de òrganos còmplices. Cuando uno descansa, enferma o se agota, aparece otro que cumple la funciòn. Y sucediò asì. Mi corazòn estaba agotado, casi buscando còmo drenar. Y los ojos trajeron medicina. Siempre lo voy a necesitar. La multiplicaciòn de esos sentidos abiertos al mañana. A la sanidad. Basta ver la imagen. Basta ver el sol que entra, irrumpe e ilumina. Basta que toques mi puerta. Basta que inundes. Basta que lo hagas otra vez. Solo tienes que animarte. Y ahì veràs la imagen. Ahì me veràs tambièn a mì. Ya salì de las càrceles. Alguien vino a acusarme. Alguien fue mi abogado defensor y hoy es libertad. Principalmente para mì, pero para que toques a mi puerta. Para que entres. Para que sueltes, y sueltes tambièn la pena y el hastìo. Los ojos trajeron medicina y decidì tomar lo que me pertenece. Hacelo vos tambièn.

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