miércoles, 9 de enero de 2008

Me acerquè (El Leo)

Me acerquè. Fue en este dìa. No dije tanto. Tambièn dije todo y me acerquè. Alzè mis manos al cielo. Fue la señal silenciosa para agradecer. Para dar gracias por los brazos abiertos. Porque las mentes maduran como frutos exquisitos. Hoy el amor se sentò y en còmodos sillones. Hoy corrieron convicciones absolutas. Hubo luz verde y me envolviò esa parte que nunca me abandona. Y lo màs hermoso, es que nisiquiera entramos en tiempos de fiesta. Pero es el presagio que la habrà. Y lo necesitaba, lo anhelaba. Como prueba de que se abren los aires. Hubo "certeza de lo que se espera". Tambièn la convicciòn del anhelo esperado. Mi caja de latidos marca el compàs de esa mùsica sensible. Y es el principio de las bienvenidas. Es la paz que completa el cuadro. Hoy vì al mismo Pintor tomar sus colores y pinceles màs imperceptibles. Pero los necesarios. Los primeros y primarios. Los bàsicos. Se mezclaràn seguramente otros colores, los que todavìa no vì ni sè que existen. Hoy fue otro dìa feliz. La obra se completa. Y es obvio que llevarà una sola firma. Es invierno y verano. Es dejar caer las viejas hojas, es el verde naciente. Es sepelio. Necesidad de morir para volver a vivir. Es invierno. Alguien barre las hojas marchitas. Las quema. El humo despide mal olor. Es inevitable. Voy en busca de la "vereda del sol". Esa que me acerca a las puertas de casa. En ese umbral se repite dìa tras dìa la ceremonia. Alguien, haya o no luz, siempre sale para ver el camino. Puede ser hoy. Puede ser mañana. Què importa cuàndo. Serà. No importa en què condiciones. No importa el olor a los cerdos. No importan los bolsillos vacìos ni las herencias perdidas. No importa la limpieza de las ropas. Allì, serè vestido de ropas nuevas. Serà celebraciòn. Serà fiesta. Serà el cuadro en plena ejecuciòn. Y es obvio que llevarà una solo firma.